A escasos 20 kilómetros de Vinuesa y a 1.800 metros de altitud se encuentra uno de los parajes más fascinantes y bellos de la provincia de Soria. Las paredes erosionadas, de origen glaciar, se reflejan sobre las frías aguas dándoles el color característico por el que recibe su nombre: la Laguna Negra.

Estas aguas oscuras han sido durante años fuente de misterios, leyendas e historias que acrecientan la fama de esta laguna y la curiosidad humana. Los mitos acerca de que sus heladas aguas no tienen fondo o el que asegura que el barco de un joven aventurero se hundió entre sus corrientes son algunas de las historias populares recogidas por Erasmo Llorente en el año 1882. Años más tarde, el célebre escritor Pío Baroja también le dedica unas palabras a estas aguas en su obra ‘’El Mayorazgo de Labraz’’. En este ejemplar, el autor habla sobre una mujer que vive en el fondo de la Laguna Negra y mata a todo el que le acerca. No es posible mirar la oscura agua sin encontrar la muerte.

Leyenda de la Tierra de Alvargonzález

Sin embargo, es en el año 1912 cuando el ilustre poeta Antonio Machado publica la obra que, sin duda, lanzará a la fama a este enclave natural de Vinuesa: ‘’Las tierras de Alvargonzález’’. Esta leyenda machadiana describe el parricidio del patriarca Alvaronzález por dos de sus tres hijos, debido a su ambición desmedida. El tercero de los hijos marcha a América y, mientras consigue hacer fortuna, sus hermanos no consiguen que sus tierras den fruto. Cuando regresa el hermano como un rico indiano, les compra a sus hermanos las tierras, las cuales vuelven a ser fértiles. Sus hermanos cegados por la envidia y el odio, le dan el mismo final que a su padre. Pero, llevados por el remordimiento huyen hasta la Laguna Negra donde perecerán ahogados entre sus frías aguas: ”Otro día, los hijos de Alvargonzález tomaron silenciosos el camino de la Laguna Negra. Cuando caía la tarde, cruzaban por entre las hayas y los pinos. Dos lobos que se asomaron a verles, huyeron espantados. Al llehar a la laguna contemplaron un momento el agua tranquila. ¡Padre! gritaron, y cuando en los huecos de las rocas el eco repetía: ¡Padre! ¡Padre! ¡Padre! ya se los había tragado el agua de la laguna sin fondo”. Hay quién dice, que en el silencio y la soledad de la laguna se escuchan aún los gritos atormentados de los dos hijos.

La Laguna Negra es uno de los accesos más habituales para ascender hasta el Pico de Urbión. Rodeando el muro de piedra que forma un acantilado y siguiendo la ruta, los más aventureros podrán llegar hasta el lugar de nacimiento del río Duero, descubriendo a su paso la Laguna Larga y la Laguna Helada, ambas de origen glaciar. Quienes prefieran un paseo más tranquilo y sosegado, disfrutarán con el agradable trayecto que hay de la zona de parking hasta la Laguna Negra. Pero, sin duda, todo el paisaje conforma un escenario idílico para cualquier amante de la fotografía. La nieve cubriendo como un manto blanco las rocas en invierno o la mezcla de colores verdes y rojizos en otoño hacen que fotografiar la Laguna Negra en cualquier estación, siempre resulte un placer.

Otro de los eventos más característicos que se realizan aquí tiene lugar el primer domingo de agosto. Desde hace más de 60 años este día se celebra la famosa travesía a nado de la Laguna Negra. Una gran participación de nadadores sin miedo al frío ni a los mitos de sus aguas, son quienes se adentran en la Laguna para cruzarla nadando. Solo los valientes y menos temerosos al frío son capaces de disfrutar de esta experiencia en un espacio único en belleza y leyendas.

Si hay tiempo, se recomienda a todos los visitantes acudir a la Casa del Parque, situada entre Vinuesa y la Laguna Negra. En este espacio, el turista podrá aprender sobre las características del ecosistema que le rodea y la singularidad geográfica que tiene el Parque de la Laguna Negra de Urbión y los Circos Glaciares de Urbión.

Lugar de mitos y leyendas, paisaje esculpido durante miles de años por el hielo y la singularidad de su ecosistema, hacen de este lugar uno de los más visitados de Castilla y León. Un paraje tan bello como único, que no dejará indiferente a nadie.